Su nombre común es Jacinto y su nombre científico o latino: Hyacinthus.
Alcanza una altura de unos 20 o 25 cm.
Florece en primavera, pero si el tiempo es bueno y caluroso la floración se puede adelantar a principios de marzo o incluso a finales de febrero.
Las flores crecen en un tallo central formando una gruesa espiga floral. Tienen un olor muy agradable e intenso.
Se pueden cultivar en el jardín y también en macetas y jardineras. Si se quiere iniciar a los niños en el cuidado de las plantas, se pueden colocar en recipientes especiales transparentes con las raíces en contacto directamente con el agua. Es una buena forma de enseñarles las distintas fases por las que atraviesa una planta bulbosa desde que empieza a brotar hasta que finaliza la floración. Después no hace falta tirar la planta, se puede pasar a la tierra y dejarla allí para comenzar el ciclo al año siguiente. Es una buena forma de aprendizaje. Es importante para ellos que se sientan responsables del bienestar de un ser vivo.
Hay que plantar los bulbos entre septiembre y octubre. Se hacen unos agujeros en la tierra de unos 5 cm. de profundidad, cuidando que la distancia entre ellos sea como mínimo también de 5 cm. En el fondo de los mismos se deposita un bulbo colocando la zona más picuda mirando para arriba, porque de allí saldrán las hojas y los tallos florales.
En las fotos las flores de los Jacintos son de color rosa y las amarillas son las de los Narcisos de los que hablé la semana pasada. Como veis esta vez están más crecidos y las flores mucho más desarrolladas.
Otro día pondré otras plantas fáciles de cuidar. Hay muchas donde elegir. La idea es hacer un jardín lo más fácil posible de cuidar por nosotros mismos y que además ecológicamente tengan las mínimas exigencias tanto en el aporte de agua como de productos químicos fitosanitarios.
Nos interesa un jardín para disfrutar y no para sentirnos esclavizados.
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