sábado, 17 de abril de 2010

Como evitar que la aves se cuelen por la chimenea.

El verano pasado me sucedió algo de lo más desagradable. Estaba con la familia en Londres visitando la ciudad tal feliz en un autobús típico de dos pisos, cuando de repente me suena el móvil mandándome la señal de haber saltado la alarma de mi casa.



Se acabó la felicidad, será posible, con lo bien que lo estábamos pasando.



Rápidamente llamé a mis padres y les pedí que se acercasen para ver que pasaba. A las pocas horas afortunadamente todo se quedó en un susto.



¿Queréis saber que paso?. Pues sucedió que el intruso que entró en casa era una cría de Lechuza que sin querer se había caído por la chimenea. Como es un animal protegido, hubo que llamar a la Policía Municipal para que se hiciese cargo de ella.



La aventura se quedo como he dicho en un susto, pero no por ello terminó aquí el problema. Cuando llegamos de vacaciones e inspeccionamos la casa con más detenimiento, nos encontramos que la lechuza en su caída se había tiznado las alas con el hollín y al revolotear en su intento de salir, había puesto todo manchado de negro. Las paredes, los sillones y el resto de los sitios donde se había posado estaban todos manchados.



Para solucionar definitivamente este tipo de problemas os cuento en este archivo la tarea que yo hice que es muy sencilla si vuestro tejado es accesible.



Resalto en negrita este detalle que es importante. No sea que por solucionar un problema, tengamos otro mayor. En los tejados hay que trabajar con seguridad, hay que sujetarse bien con un arnés, etc...
Si podéis hacer esto, la tarea que os propongo es muy fácil de realizar.



Tenemos que conseguir una malla metálica algo más grande que la medida de la abertura del hueco de la chimenea. Comprar tacos, arandelas y tornillos a ser posible inoxidables. Y con la ayuda de una taladradora, con la opción de percusión, ir fijando la tela metálica más o menos como se ve en las fotos.




Tenemos que intentar que la tela se quedé algo tensada para que no se mueva con la fuerza del viento. Puesta así será más duradera y nos evitaremos la molestia del ruido que provocaría su movimiento.



El sobrante de la tela metálica ya sujeta, lo podemos recortar con unas tijeras de cortar metal, que es una herramienta que es aconsejable tener, ya que a menudo nos puede servir para sacarnos de algún apuro.


No esperéis ha realizar esta tarea en el verano, es mejor hacerla en esta época y cuanto antes. Es ahora cuando las aves están nidificando y es fácil que elijan vuestra chimenea para dicho menester. Cuando los polluelos hagan sus primeros intentos de volar no es difícil de imaginar donde van a ir a parar.



Ya me contaréis que resultado os ha dado.

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